domingo, 29 de abril de 2012

NUEVO MANTO Y VESTIDO PARA LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL NAVARIEGU








Manto y vestidos en seda bordada y cristal






















La figura femenina más relevante de nuestra trova tradicional es, sin duda, María Teresa Vera (La Habana 18). Su bolero Veinte años ha llegado a ser una obra antológica de nuestro cancionero popular. Precisamente, el trío Veinte años –Lorenzo Hierrezuelo, Valeriano Doherty y Evelio Valdés- grabó un disco con obras de su autoría, entre ellas el bolero A la Virgen del Cobre (1922). El texto revela una situación de gran congoja y abatimiento, elevando una plegaria devota en que se implora piedad y compasión buscando cobijo en la bendición de la Virgen, lo que queda excelentemente acentuado en la versión que regala el trío en la grabación.


Virgen del Cobre, apiádate de mí
Eres la santa de mi devoción
Hoy que las penas agobian mi existir
Tú no me olvides y tenme compasión.
Consuela mi dolor, sé compasiva
Aunque el mundo me desprecie sin razón
Que no me falte de ti mientras que viva
Virgen sagrada, de ti la bendición.




La Virgen de la Caridad del Cobre en nuestra música popular 

por  el Padre Jorge Catasús Fernández


(Texto publicado originalmente en  la revista católica cubana Verdad y Esperanza (Segunda Época. Año 2, Nº 2 2010), aparece en el blog   Gaspar, El Lugareño por cortesía de sus editores.) Reproducido del blog  Gaspar, El Lugareño.

lunes, 16 de abril de 2012



‘La sagrada imagen de la Caridad  embelesa y encanta nuestra alma con la modestia de su rostro, la humildad de sus ojos, la compostura y recato de todo su cuerpo.
 Extasiado queda nuestro espíritu y tiernamente devoto nuestro corazón, cuando contemplamos esa prenda de la benignidad de nuestro Dios y Señor. Muchos, mirando esa imagen, sienten llenárseles el alma de un consuelo y regocijo inexplicables’.
Hay descripciones anteriores a la del P. Fabriciano. Visitando el Santuario en septiembre 1756, el obispo Morell resumió en una frase el efecto que producía contemplar a la Madre y su Niño:
 ‘Mirados causan devoción y consuelo’.
En su historia fechada el año 1766 y todavía inédita, dice el Capellán Julián José Bravo: ‘Nadie puede ver esta Santa Imagen sin primero ofrecer el corazón por primicia [y] lágrimas de devoción.  El justo las derrama de gozo, y el endurecido pecador de puro arrepentido’.  
Hacia 1703, el Capellán Fonseca (+1710) escribió una historia de la Virgen de la Caridad. Usando material de Fonseca, el Capellán Bernardino Ramírez  -en 1782- amplió esa historia. Ahí se describe el encuentro del peregrino con la imagen: 
 ‘[Al] pisar el recinto de su Santuario, se introduce en el ánimo un superior respeto y devoción. Mueve a tal veneración y compostura, que al poco devoto hace recoger en sí para alabarla […] Llena de consuelo al que la mira […] Siente el que la ve una mudanza y alteración inusitada’.
Fabriciano Rodríguez quiso desvelar el contenido del nombre ‘CARIDAD’, traído a Cuba por la Madre:
1º) Vino  porque ella es ‘caridad ardiente’. 2º) Se hizo presente optando por los pobres: ‘tres hombres desvalidos de recursos humanos’. 3º Nos repite cada día lo dicho por san Pablo: ‘Me interesan ustedes, no sus bienes’  [2ª Cor 12, 14].
Por L. Betancourt
fragmento de lo publicado en:

miércoles, 11 de abril de 2012

ABRIL-2012


Madre, que en la tierra cubana
riegas desde lo alto tu amor;
madre del pobre y del que sufre,
madre de alegría y dolor:
todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
Madre, que en tus campos sembraste
flores de paz y comprensión:
dale unidad a tu pueblo,
siembra amorosa la unión.
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.
Madre, que el sudor de tus hijos
te ofrezca su trabajo creador.
Madre, que el amor a mi tierra
nazca del amor a mi Dios.
Todos tus hijos a ti clamamos,
Virgen Mambisa, que seamos hermanos.