OFRENDA VIRTUAL DE FLORES A LA SANTISIMA VIRGEN DE LA CARIDAD REALIZADA CON LA COLABORACION DE LOS AMIGOS DE FACEBOOK DE LA CARIDAD DEL NAVARIEGU
GRACIAS A TODOS ELLOS¡¡¡
CÁNTICO: «VENID Y VAMOS TODOS»
Venid y vamos todos con flores a porfía
con flores a María
que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes purísima doncella
más que la luna bella
postrados a tus pies.
A ofrecerte venimos flores del bajo suelo
con cuánto amor y
anhelo Señora Tú lo ves.
ORACIÓN PREPARATORIA
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha
oído decir que ninguno que haya acudido a tu patrocinio, implorado tu auxilio,
o pedido tu socorro, haya sido abandonado de Ti. Animado por esta confianza,
vengo a Ti, me refugio en Ti, yo pecador gimo delante de Ti. No quieras, ¡oh
Madre del Verbo Eterno!, despreciar mis súplicas; antes bien, escúchalas
favorablemente, y haz lo que te suplico. Amén.
INVOCACIONES AL DULCE NOMBRE DE MARÍA
M adre mía
amantísima, en todos los instantes de mi vida, acuérdate de mí, miserable
pecador. Avemaría.
A cueducto de las divinas gracias, concédeme abundancia de
lágrimas para llorar mis pecados. Avemaría.
R eina del cielo y de la tierra, sé mi amparo y defensa en
las tentaciones de mis enemigos. Avemaría.
I nmaculada hija de Joaquín y Ana, alcánzame de tu santísimo
Hijo las gracias que necesito para mi salvación. Avemaría.
A bogada y refugio de los pecadores, asísteme en el trance
de mi muerte y ábreme las puertas del cielo. Avemaría.
CÁNTICO: BAJO TU AMPARO
Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios,
no desoigas la
oración de tus hijos necesitados
y líbranos de todo
peligro,
¡oh siempre Virgen,
gloriosa y bendita!
FLORES PARA LA VIRGEN
¿Por quién hizo Dios las flores, si no las hizo por Ti?
Sugerencias de obsequios espirituales que se pueden ofrecer
al Señor, por medio de la Virgen, para cada día del mes de mayo.
N. Recibe, Madre, las flores de nuestro amor y nuestra
alegría.
R. Para que tu gozo sea cumplido.
1. Prontitud para el
trabajo, empezando por levantarme sin pereza.
2. Examinar mi
devoción a la Virgen y cómo la practico.
3. Examinar mi
consagración a Cristo y a su Corazón.
4. Poner los medios
para estar en gracia de Dios.
5. Estudiar cómo
debo guardar la pureza de pensamiento y obras.
6. Procurar ser
amable con los demás.
7. Reflexionar si
cumplo lo que Dios quiere de mi.
8. Aceptar algo del
Magisterio, o de la Religión, que me moleste.
9. Hablar de la
Virgen.
10. Recordar algo que
me desagrade de otros, y disculparlos.
11. Repetir mi
juramento cristiano de lealtad a Cristo y al Papa.
12. Estar un rato
comparando mi vida con la de María.
13. Desprenderme de
algo en beneficio de otra persona.
14. Hacer con
especial cuidado el examen de la noche.
15. Hacer con
especial cuidado el ofrecimiento de obras.
16. Comulgar pidiendo
fortaleza en las tentaciones.
17. Proponer hacer
los cinco primeros sábados.
18. Recitar con
devoción el Ángelus.
19. Visitar algún
enfermo.
20. Rezar todos los
días las tres Avemarías al levantarme y acostarme.
21. Dar un donativo
para alguna necesidad.
22. Encomendar a la
Virgen mis dificultades y aceptar su decisión.
23. Pedir al Ángel de
la guarda remordimiento por mis pecados de omisión.
24. Ofrecer algunas
mortificaciones por el fruto de mi apostolado.
25. Descubrir en qué
tengo respeto humano, y vencerlo.
26. Ver si todas mis
lecturas y espectáculos los aprobará la Virgen.
27. Meditar un rato
en el valor de la castidad.
28. Revisar si en
todas mis ocupaciones y diversiones imito a Cristo.
29. Pensar con
alegría en el cielo, y prepararme para la muerte, quizá repentina.
30. Rezar el Rosario
con devoción.
31. Quitar de mi algo
que moleste a los demás.
V. Guarda en tu corazón las flores que te ofrecemos.
R. Para que ahora y siempre nuestro amor y nuestra alegría,
nuestra castidad y nuestra esperanza, sean la prenda bendita de tu gozo y del
nuestro.
ORACIÓN FINAL
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se
recrea en tan graciosa belleza;
a Ti, celestial
Princesa, Virgen sagrada María,
te ofrezco desde este
día alma, vida y corazón.
¡Mírame con
compasión, no me dejes, Madre mía!