miércoles, 9 de julio de 2014

EL ANGEL DEL SEÑOR ANUNCIO A MARIA






 
 
 
 
El Ángel del Señor anunció a María,
  
Y concibió por obra del Espíritu Santo.
 Avemaría.


He aquí la esclava del Señor.




  
Hágase en mi según tu palabra.
Avemaría.




Y el Verbo se hizo carne.



 Y habitó entre nosotros.
Avemaría.



Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,




Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.




Oración

        Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.

lunes, 7 de julio de 2014

JULIO-2014






 
 
 
CANTO A LA VIRGEN DE LA CARIDAD DEL COBRE
Lema: “María que del piélago y del alma, las tempestades calma”.

Excelsa y bendita Caridad del Cobre,
consuelo del triste y amparo del pobre,
símbolo sagrado de toda piedad!
Que ciña tu frente radiante corona,
y Cuba proclame como a su Patrona
la gloriosa Virgen de la Caridad.
...

En las crespas olas de un mar como tinta,
tres desventurados de raza distinta,
ya casi vencidos por la tempestad
en su frágil barca clamaban al cielo,
cuando, como un iris de paz y consuelo,
vieron a la Virgen de la Caridad.

Como alucinados por divino ensueño,
los tres contemplaban su rostro trigueño,
que rodeaba el halo de la santidad;
el Niño en sus brazos feliz reposaba,
y el revuelto Océano sus iras calmaba,
al pasar la Virgen de la Caridad.

Y llevada al Cobre la imagen bendita,
al humilde abrigo de vetusta ermita,
de empinadas sierras n la soledad;
ha sido por siglos consuelo y amparo
del pueblo de Cuba, que tiene por faro
a la santa Virgen de la Caridad!

Reina de mi patria! Virgencita buena!
A tí se dirige, transida de pena,
la madre, cuyo hijo muriéndose está.
¡Sálvalo! te implora con faz descompuesta,
que yo de rodillas subiré la cuesta
del Santuario, Virgen de la Caridad!

Qué feliz la madre cumple su promesa
con su niño en brazos, que amorosa besa,
contando el milagro que hizo su piedad!
La hieren las piedras de la áspera vía;
pero ella, radiante de fe y alegría, te bendice,
Oh Virgen de la Caridad!

Los miles de ex-votos en tu altar colgados,
brindan testimonio de hechos realizados,
Virgen milagrosa, por tu gran bondad:
brazos, piernas, naves, lámparas de plata,
que así, de rodillas por la escalinata,
te trajeron, Virgen de la Caridad!

No hay hogar en Cuba, en ciudad ni aldea,
ni choza de campo, por pobre que sea,
en donde no tengas alzado un altar;
el “chaufer” tu imagen coloca delante,
y su lamparilla prende el navegante
en tu honor, oh Virgen de la Caridad!

Te llama el enfermo, te suplica el niño,
te imploran las almas que, sin un cariño,
sufren el tormento de la soledad.
Y hasta al delincuente, que en cadena gime,
y en lóbrega celda su crimen redime,
invoca a la Virgen de la Caridad!

En Oriente todos musitan devotos,
líbranos, oh Virgen! de los terremotos,
de las epidemias y la adversidad:
de acciones indignas de buenos cristianos,
y de las sangrientas lucras entre hermanos,
líbranos, oh Virgen de la Caridad!

Y cuando el cubano se lanzó a la guerra,
y por todas partes trepidó la tierra,
al sonoro grito de la libertad;
¿quién a los patriotas sostuvo en su empeño?
Tú, Virgen mambisa, de rostro trigueño,
bienamada Virgen de la Caridad!

Por eso, cubanos, la Virgen del Cobre,
consuelo del triste y amparo del pobre,
como única Reina de Cuba aclamad;
ceñid a su frente radiante corona,
y hagámonos dignos de nuestra Patrona,
la gloriosa Virgen de la Caridad!

Marietta Escanaverino de Hernández
(Santiago de Cuba, Vista Alegre)