Morir no tiene trascendencia. No cuenta.
Yo sólo fui suavemente al otro lado del camino.
Todo se queda tal cual como estaba.
Yo quedo yo y ustedes quedan ustedes.
La vida que compartimos con amor queda como fue.
Lo que fuimos el uno para el otro aún es así.
Menciónenme como siempre.
Hablen de mí como siempre y no en forma diferente.
No se pongan tristes ni solemnes.
Ríanse de las cosas que siempre nos hicieron reír.
Alégrense y piensen en mí
Recen por mí.
Hablen de mí como siempre lo han hecho,
sin emoción y sin un ápice de tristeza.
Todo lo que significaba la vida para nosotros sigue vigente.
¿Qué es la muerte? Es algo que ocurre a diario.
¿Acaso voy a desaparecer de tu vida, porque no me ves?
No estoy lejos, solamente al otro lado del camino.
Yo los espero. Todo está bien.
Amén
Autor: San Agustín