Augusta Reina de los Cielos y Señora de los Angeles,Virgen de la Caridad, a Ti que has recibido de Dios el poder y la misión de aplastar la cabeza de Satanás, pedimos humildemente que envíes legiones celestiales para que, bajo Tus órdenes, persigan a los demonios, los combatan por todas partes, repriman su audacia y los precipiten en los abismos.
Quién como Dios?
!Oh buena y tierna Madre, siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza!
!Oh Divina Madre, envía a los Santos Ángeles para defenderme, y aleja de mí al cruel enemigo!
Santos Ángeles y Arcángeles defiéndenos y guárdanos.
Amén.
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen de la Caridad ! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.