domingo, 10 de enero de 2010

ORIGEN DE LA IMAGEN

Se cuenta que alrededor del año 1612 o a los inicios de 1613, fueron a buscar sal en la bahía de Nipe dos hermanos indios y un negrito de nueve o diez años. Se llamaban Juan Hoyos, Rodrigo Hoyos y Juan Moreno, conocidos por la tradición como "los tres juanes". Mientras iban por sal ocurrió la aparición de la imagen de la Virgen. He aquí el relato de Juan Moreno, dado en 1687, cuando tenía ochenta y cinco años:

".....habiendo rachado en cayo Francés que está en medio de la bahía de Nipe para con buen tiempo ir a la salina, estando una mañana la mar calma salieron de dicho cayo antes de salir el sol, los dichos Juan y rodrigo de Hoyos y este declarante, embarcados en una canoa para dicha salina, y apartados de dicho cayo Francés vieron una cosa blanca sobre la espuma del agua, que no distinguieron lo que podia ser, y acercándose más les pareció pájaro y ramas secas.Díjeron dichos indios " parece una niña", y y en estos discursos, llegados, reconocierony vieron la imagen de Nuestra Señora Santísima con el Niño Jesús en los brazos sobre una tablilla pequeña, y en dicha tablilla unas letras grandes las cuales leyó dicho Rodrigo Hoyos y decían: " yo soy la Virgen de la Caridad", y siendo sus vestiduras de ropaje, se admiraron que no estaban mojadas. Y en esto llenos de alegría, cogieron sólo tres tercios de sal y se vinieron para el Hato de Barajagua...."
Tenía la imagen una tercia y tres dedos de alto, rostro moreno, ojos dulces y majestuosos traía en la mano izquierda un niño y en la derecha una cruz de oro.

Se han contado muchas historias y leyendas sobre la procedencia de esta curiosa imagen. para algunos de factura indigena para otros española, para unos se identifico como la diosa Atabex o Atabey aborigen, para los africanos como la diosa Ochún, para los cristianos como la santisima Virgen María, lo cierto y lo importante es que esta imagen se impuso por meritos propíos como madre de todos los cubanos, sin importar creencias, razas ni religiones aglutinando todo el poder espiritual de sus hijos.

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